
La noche no es solo el final del día: es también una oportunidad para reconectar con vos misma, bajar revoluciones y preparar el cuerpo (y la piel) para descansar de verdad.
Crear una rutina nocturna de cuidado personal no tiene que ser complicada. Al contrario: lo ideal es que sea simple, relajante y que la disfrutes. Acá te dejamos una guía para transformar tus noches en un pequeño ritual:
1. Limpiá tu piel como si te estuvieras sacando el día de encima
No es solo maquillaje: la piel acumula polución, sudor y residuos. Usá un limpiador suave o agua micelar, con movimientos lentos, como si cada pasada fuera parte de apagar la cabeza.
2. Un mimo extra: sérum, crema o mascarilla
No necesitás 10 pasos. Uno o dos productos que te hagan bien y te hagan sentir bien. Este momento es para vos. Acariciarte un poco la cara también es una forma de bajar el estrés.
3. Algo tibio para el cuerpo y la mente
Una ducha rápida o un té de hierbas ayudan a bajar el ritmo. También podés usar una crema corporal o unas gotas de aceite esencial suave en la almohada.
4. Pantalla afuera, almohada adentro
Reducí la luz azul (celu, compu) al menos 30 minutos antes de dormir. En cambio, prepará la cama, acomodá tu almohada, poné música bajita o leé algo liviano.

Cuidarte también es descansar
Y descansar también es una forma de quererte.
Tu rutina nocturna no tiene que ser perfecta. Solo tiene que funcionar para vos.

Al final del día, no importa tanto cuántas cosas hiciste, sino cómo cerrás ese ciclo.
Tu rutina nocturna puede ser ese pequeño espacio que te abraza antes de dormir, donde cuidarte se vuelve parte del descanso.
Probá alguno de estos tips y contanos cómo te fue.
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