Menos es más (y más rápido también)

En la cultura japonesa, el orden no es solo una cuestión estética: es una forma de cuidar el presente y vivir con más calma. Pero no hace falta hacer una limpieza profunda para sentir esa tranquilidad.

Con solo 10 minutos podés transformar el ambiente (y tu energía).

¿En qué consiste este truco?

Es una práctica sencilla:

elegís un espacio pequeño → ponés un cronómetro → y te enfocás solo en eso durante 10 minutos.

Puede ser una repisa, una mesa, una silla llena de ropa o una esquina olvidada. Lo importante es que sea concreto y alcanzable.

¿Por qué funciona?

Porque elimina la excusa del “no tengo tiempo”.
Y porque cuando vemos una mejora rápida, nos sentimos motivados a seguir.

Además, tiene una clave muy japonesa:
más que lograr un “después perfecto”, se trata de conectar con el presente a través de la acción.

Cómo hacerlo paso a paso

Elegí un espacio chico. No una habitación entera, sino una zona puntual.
Poné el cronómetro en 10 minutos.
Sacá todo lo que no va ahí. Guardá, reciclá, doná o descartá.
Limpiá rápido la superficie. Un trapo húmedo o airear el área alcanza.
Dejá solo lo necesario (y lo que te guste).
Respirá y observá. Tu ambiente acaba de cambiar.

¿Y después?

Podés repetirlo cada día en un rincón distinto o usarlo solo cuando lo necesites.
El objetivo no es tener la casa perfecta, sino vivir con más ligereza. Y eso, muchas veces, empieza por un pequeño rincón.

Cuando sentimos que todo nos supera, volver a lo pequeño puede ser una forma de volver a nosotros. Ordenar un espacio, aunque sea en 10 minutos, es también una forma de cuidar nuestra mente.

Si tenés más tips de organización para compartir, ¡Te leemos en la caja de comentarios!

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